viernes, 8 de agosto de 2014

TRENES SOLITARIOS


Y se estaban alejando demasiado e iban tan deprisa que descarrilaron, en la última parada, en aquella estación. Un sábado por la tarde aquel tren se quedó sin maquinistas, y sin horarios. Aquel invierno se congeló, como aquellas sonrisas que él le dedicaba, y que ahora... ahora se dirigen a la nada. Aquella sonrisa, aquella especialmente se quedó enterrada, y habiendo muerto en ella, la resucitaba cada noche.




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