miércoles, 27 de agosto de 2014

Diógenes

Sólo un consejo si me lo permites, guarda siempre todo lo que signifique algo para ti, esas frases, recortes especiales, una fotografía, un bolígrafo, aunque ya no pinte, o la entrada a ese concierto en el que perdiste la voz, incluso la servilleta de aquel bar que tanto te gusta. Guarda aquella sonrisa, y aquel verano que te marcó. Jamás tires nada que ha significado tanto para ti, ni borres de tu memoria lo que un día te hizo ser lo que eres, cuando seas algo mayor agradecerás volver a revivir todo aquello, y lo más importante, todos esos recuerdos te darán la vida que te dieron en su día.


viernes, 8 de agosto de 2014

TRENES SOLITARIOS


Y se estaban alejando demasiado e iban tan deprisa que descarrilaron, en la última parada, en aquella estación. Un sábado por la tarde aquel tren se quedó sin maquinistas, y sin horarios. Aquel invierno se congeló, como aquellas sonrisas que él le dedicaba, y que ahora... ahora se dirigen a la nada. Aquella sonrisa, aquella especialmente se quedó enterrada, y habiendo muerto en ella, la resucitaba cada noche.




lunes, 4 de agosto de 2014

CARTA AL CIELO

Te he escrito muchas veces, no recuerdo ninguna carta que no te haya gustado. Recuerdo especialmente una, y no dejabas de decirme: “cada vez que leo tu carta no puedo parar de llorar…” Ahora, las tornas  han cambiado, la que no puede dejar de llorar soy yo y ojalá fuera de emoción. Veo tus fotos y leo mis cartas cada día. La última no llegaste a leerla, pero seguro que sí la escuchaste cuando la recité para ti, porque estabas allí, en mí.  Ahora, joder, por la culpable vida injusta, no sé la dirección exacta para que te llegue. Te gustará saber que durante este año he aprendido muchas cosas. He reído, he llorado, pero  superado, he confiado para aprender a desconfiar y he aprendido a decir adiós a personas que no merecían un “hola”. Cada vez soy más fuerte, y mi coraza más segura. Aún no he aprendido a no echarte de menos. ¿Pero sabes? Sigo con las mismas inquietudes que cuando te fuiste, necesito viajar, tocar el cielo, estar cerca de ti. Sigo teniendo  personas maravillosas en mi vida. Quiero que sepas que todo está bien, sigo siendo la misma chica, de la que estás orgullosa, eso sí, con menos corazón, con una gran parte extirpada, irreemplazable, inconstruible.  Con la gran pieza de mi puzzle extraviada, por lo que la imagen de mi vida ya nunca volverá a ser la misma. Intenté hacer las cosas lo mejor posible, lo intenté, pero tú, mi suerte, no lo pudiste hacer mejor.  He nacido, crecido, jugado, reído, llorado, he aprendido contigo. Me enseñaste a ser mejor persona, pero me dejaste aquí, incompleta.  Como la única farola que iluminaba mi calle, te apagaste, y aquí en casa, sin ti, ya ves, vivimos a oscuras. He nacido, crecido, jugado, reído, llorado, he aprendido, y una parte de mí también ha muerto contigo, y contigo de la mano para siempre se ha ido.


SE CIERRA EL TELÓN... Y DESAPARECEMOS LOS DOS


Dame media hora 
que te la devuelvo multiplicada, 
así que pasaré la noche en vela 
haciendo cuentas, 
encendida, 
hasta que me consuma.
 Dame tu palabra 
que esa no se apaga,
 y te formaré una frase,
 sin puntos finales.
 Te contaré mis lúcidas verdades
 y mientras la indiferencia no me canse,
 te invitaré a ver el eclipse cabeza- corazón, tiene lugar cada día 
a la hora que aparezcas, 
quédate después
 a ver cómo ese trasto que bombea
 se convierte en piedra, 
nadie lo recomienda,
 así que tal vez
 seremos sólo dos,
 que mientras uno aplaude, 
el otro bajará el telón...